Era el día más esperado para LeBron James y cumplió como lo hizo durante toda la temporada. En un partido en donde los triples fueron la clave para los locales, el Heat superó por 121 a 100 a los Oklahoma City Thunder y consiguió su segundo campeonato en la historia de la franquicia, siendo el primero para The King James, uno de los jugadores más dominantes de la liga en la última década.
Con 26 puntos, 13 asistencias y 11 rebotes, LeBron consiguió su segundo triple doble en un juego de las finales de la NBA y, tras nueve temporadas, obtuvo su primer anillo de campeón. En una serie para la historia, el alero se convirtió en el MVP de las finales al promediar 28,6 puntos, 10,2 rebotes y 7,4 asistencias por juego, siendo la figura en cada una de las cuatro victorias que consiguió Miami para levantar la copa.